Una vez retirado a conciencia todo el barniz con disolvente o aguarrás, nuestra plancha está lista para pasar al proceso de entintado y en la foto de abajo verás los materiales que vamos a utilizar en esta fase.
Soy muy pesada pero «recuerda llevar los materiales sobrantes al punto limpio de tu ciudad y trabaja con la máxima precaución»
Tintas naturales
¿Sabes que también puedes hacer tu propia tinta casera?
Es menos complicado de lo que parece y aunque te resulte sorprendente solo necesitas pigmentos y ¡miel! Sí, sí y no me he vuelto loca.
La miel es un aglutinante ideal y todo depende de cómo trabajes la pasta. Si quieres aprender más te puedes pasar por la web de los amigos de Totenart que lo explican divinamente.
En nuestro caso, utilizaremos tinta sanguina de la casa Charbonnel y la extendemos sobre un cristal como ves en la imagen superior. Puedes reutilizar un plato o un espejo, pero no emplees madera u otra superficie porosa.
La tinta suele quedarse reseca si está mucho tiempo sin usar por eso tendremos que trabajarla con unas gotas de aceite de linaza para hacerla más maleable.
Saca solo la cantidad que piensas utilizar y con la rasqueta de goma, la vas amasando sobre el cristal hasta que tenga la consistencia de una crema ligera.
Amasar y untar
Una vez amasada la tinta, toma una pizca y extiéndela sobre la plancha incidiendo bien en el dibujo.
La tinta se irá metiendo en los surcos (el intaglio) que hemos creado al bañarla en ácido, como ya vimos en el capítulo anterior.
Ahora vamos a emplear la tarlatana, una tela rígida y áspera originaria de la India.
No sé si te lo he comentado… pero esta tela no es fácil de encontrar y tendrás que ir a tiendas especializadas. Suele emplearse en encuadernación, restauración y en el textil para crear ciertas prendas como enaguas o tutús.
Haz una bolita con un trozo de tarlatana a modo de muñequilla y arrastra la tinta por toda la base. En este paso ya retirarás buena parte de tinta y comenzará a florecer el dibujo.
Yo suelo trabajar en monocromo con «bistre» tradicional del grabado calcográfico, pero dependiendo del efecto que quieras conseguir también puedes trabajar “a la poupée”, entintando con varios colores con una bolita de gasa o palillos para los oídos y el resultado es muy atractivo.
El siguiente paso es retirar la tinta con papel de periódico o de las antiguas guías telefónicas como ves en la imagen. Tendrás que usar varios papeles hasta conseguir el resultado que deseas.
Sin excesos, por favor
Si estampáramos sin retirar el exceso de tinta, saldría un bonito manchurrón y apenas se distinguiría el dibujo.
No tengas miedo y deja una fina película de tinta.
Este paso al igual que el proceso de la mordida en ácido y se hace «a ojo» dependiendo de cada artista.
Ya estamos en el último paso y solo queda retirar bien la tinta que se haya quedado pegada a los cantos de la placa.
Limpiando a fondo
Impregna la punta de un paño de algodón con aguarrás o disolvente y con el dedo repasa bien estos cantos.
La limpieza de esos bordes (la huella) aumenta la calidad del grabado.
Algunos autores con gran maña aprovechan este momento para limpiar la trasera de la matriz, pero ello conlleva el riesgo de tocar la parte imprimible y cometer un error irreparable que te llevaría a comenzar desde cero el proceso de entintado.
Yo prefiero limpiar el tórculo después de cada pasada. Es más sencillo y práctico.
¿Te apetece seguir aprendiendo? Pasa a la → Lección 3 de la segunda parte → Estampación
¿De qué va este artículo?
TogglePrimera parte:
Segunda parte, taller práctico: