Ahora que ya tenemos los materiales para nuestro taller, llegamos a una parte muy entretenida: preparar nuestra plancha para que esté perfecta para el dibujo.
¿Por dónde empiezo?
El primer paso es biselar los cantos de la plancha y que no corte el papel ni las mantas cuando la pasemos por el tórculo.
Con la lima (para metal) haz un bisel de un ángulo aproximado de 45 º y redondea los cantos.
Después límpiala a conciencia con alcohol para eliminar cualquier resto de grasa o suciedad.
Una vez limpia, cubre la superficie a trabajar con el barniz de bola.
El barniz es como el chocolate y debe derretirse una vez que toque el metal, así que lo primero es calentar la plancha.
Yo la pongo sobre un hornillo de cocina que tengo en el taller.
Dudo que se pueda hacer sobre la vitrocerámica de tu casa, (todo es probar) pero piensa que debes conseguir una temperatura alta (no al rojo vivo)
No te olvides de agarrar la plancha con las pinzas o te quemarás los dedos.
Haz unas cuantas pasadas con el barniz (dos o tres rayas) y luego pasa el rodillo varias veces para extenderlo uniformemente.
Vamos a darle candela
Deja que la placa se enfríe y enciende el cerillo.
Al principio dará poca llama, pero prende rápido y el humo negro es escandaloso.
Se exige prudencia en este paso. Elige un lugar ventilado y alejado de materiales inflamables.
Con la tenaza agarra la plancha y deja que se vaya impregnando de humo hasta que se ponga negra azabache.
A mayor cantidad de humo, mayor negrura y facilidad para dibujar.
El cerillo es imposible apagarlo de un soplido (por más que te creas el lobo feroz)
Yo lo meto en un tarro con agua. Rápido, eficaz y nada peligroso.
Vale, ¿cuándo dibujamos?
Pues ya mismito ¡No te resistas!
Como ya tienes la plancha ennegrecida te será fácil ver el dibujo que vas haciendo con la punta seca.
Lo tradicional es trabajar con una punta de metal, pero te animo a que, una vez aprendida la técnica, investigues con nuevos utensilios.
En realidad cualquier cosa que levante el barniz es válida, pero dependerá del trabajo que quieras hacer.
Puedes experimentar con bolígrafos, alfileres, cuchillas, tenedores, palillos…
A esta incisión que hacemos en el metal se la llama “intaglio”.
Recuerda utilizar el barniz líquido para repasar los bordes o cualquier zona de la plancha que no deseas morder en el ácido.
Para proteger el anverso de la matriz yo utilizo cinta de embalar.
Hay artistas que protegen esta parte con laca para bombillas. A mí me resulta engorroso.
Eso lo dejo a tu elección.
No dejes el reverso tal cual porque se pondrá rugoso al bañar en ácido y es más difícil de limpiar.
Recuerda que si compras las planchas ya preparadas en una tienda de Bellas Artes, este paso te lo puedes saltar porque ya vienen protegidas.
La mordida
En la cubeta de plástico añadirás el ácido nítrico, en caso de que tu matriz sea de zinc y ahí sumergida debe permanecer tu matriz el tiempo que estimes.
No corras riesgos y cumple unas normas de seguridad básicas como el uso de guantes, mascarilla y gafas para evitar salpicaduras.
El tiempo de permanencia de la matriz en el mordiente es una etapa delicada que, como en la cocina de mi abuela, se suele calcular «a ojo».
Es una mezcla de precisión e intuición imposible de explicar. Y la mayoría de las veces no vale con un solo baño, sino que hay que retirar el barniz, volver a barnizar y de nuevo trabajar sobre la plancha para volver a morder.
Esto puede hacerse tantas veces sean necesarias hasta quedar satisfecho. Un inmenso trabajo que da muchas satisfacciones.
Te lanzo una indirecta
Cuando decimos «técnica indirecta» nos referimos a que los trazos sobre la plancha no son abiertos por el artista directamente, sino que se tiene que ayudar de una sustancia capaz de hacer el surco.
A veces, cuando la matriz está en el ácido, se forman burbujas alrededor de las partes no cubiertas y utilizar una suave pluma de ganso para retirarlas es la mejor opción.
Una vez creas que ya tienes una buena mordida, retira el barniz con disolvente y enjabona la placa para eliminar restos.
Sigue aprendiendo→ Lección 2 de la segunda parte → Entintación
-
Primera parte:
-
Segunda parte, taller práctico: