La carta que siempre quise enviar a Quino y nunca lo hice

Mi querido y admirado Joaquín Salvador Lavado Tejón,

Desde que le conocí, y no puedo confesar los años que han pasado por pura coquetería, me tiene dulcemente esclavizada.

Llevo años tratando de conciliar el sueño mientras repaso sus indicaciones de forma y trazo, pero al rato me incorporo refunfuñando porque no asumo que la excelencia no se copia.

Si vos, y permita que le hable en argentino, se ha confesado como mal dibujante respete que yo haga lo propio por ser, en mi caso, ridículamente cierto.

Antiserendipias

Ilustre Joaquín, deje que le anote mis obsesivas antiserendipias para que no se le olviden allá a donde se haya marchado:

  • Usted se enteró que se llamaba Joaquín y no Quino cuando su madre fue al colegio a cumplimentar la matrícula. En mi caso siempre supe que era Marmota aunque en el DNI ponga Marta.
  • Se confiesa tímido y ligeramente asocial, algo no tan sospechoso en el mundo del artisteo. Yo también lo sufro y mi amiga Lucía, ni le cuento…
  • Ambos abandonamos la carrera de Bellas Artes… eso como poco es un error que nos debería avergonzar aunque lo mismo fue una liberación. ¿Quién sabe?
  • Yo me inspiro en sus dibujos como usted hacía con Steinberg, evidencia de nuestro buen gusto. Sospechosamente todavía no he encontrado a nadie que se inspire en mis viñetas. ¿Debería preocuparme?
  • Su Mafalda nació de una película, por favoooor, ¡no puede ser más chic! La primera vez que yo escuché el nombre de Magela fue en un chiringo ruidoso y dudo que fuera real. Podría haber sido Manoli y me habría valido.
  • No tengo delicadeza, ni forma de ocultar los mensajes subliminares como usted hace con su tortuga “burocracia” y la sopa de la dictadura. El pelícano que acompaña a mi Magela se llama Larry y punto pelota. Si hubiera paseado por Chueca a las cuatro de la mañana sabría que es un nombre bastante común.

La tierra herida de Mafalda es similar a la de Magela… esta sin duda es la antiserendipia más amarga. A su planeta le quedan bien las vendas pero el mundo de Magela está plagadito de virus y envuelto en nubes negras.

Daño digital irreversible

Gentil Quino, debo confesarle que de tanto darle al lápiz me duelen los dedos y la falta de descanso me está volviendo huraña.

Esa acidez podría venirme bien si sabemos que a usted le invitaron a despedirse de un diario de tirada nacional por ser demasiado cáustico, ¡apoteósico!, cuando yo ni siquiera he conseguido hablar con la recepcionista del Heraldo de Aragón.

Quizás si me diera un respirito, Magela podría ser más tierna y gentil y yo tendría un stand en las ferias del cómic y en ese caso aceptaría de buena gana un dolor intenso digital provocado por la firma y la refirma.

Ganaríamos todos y todas y todes.

Siento la amenaza,  pero si me sigue robando las siestas atropellaré a Magela con un camión de basura igualito al que, como dicen las malas lenguas, vos empleó para rematar a su Mafalda hace más de 50 años.

Glorioso Joaquín, le agradezco el interés en ilustrar a mi humilde persona pero le ruego, le suplico, le imploro que deje de inspirarme, que olvide mi nombre y pegue la vuelta.

Quedémonos con los sueños compartidos y permítame que en mi recuerdo quede grabada la última frase que me susurró:

“Comienza tu día con una sonrisa y verás lo divertido que es ir por ahí desentonando con todo el mundo”

Eterno Quino, le sigo llorando 1f62a 1f62a 1f62a

Marmota