Aunque no hayas empezado a grabar, hay una posibilidad de que quieras recuperar una planchas vieja.
Recuerda que «hay que limpiar con esmero los materiales y herramientas después de haberlos usado.» Pero a menudo, con las prisas, guardamos las matrices de mala manera…
Los artistas nos movemos por impulsos y estampar no es algo que practiquemos a diario, de manera que cuando nos da el venazo y sacamos las planchas de la caja nos podemos encontrar con una desagradable sorpresa.
Dar cera, pulir cera
Puede que te encuentres tus planchas llenas de arañazos como si se dedicaran a pelearse durante la noche.
Y también es posible que estén cubiertas con un sarpullido virulento o que alguna está doblada (que ya es el colmo) Seguramente te dará un vahído, pero no desesperes que todo tiene solución.
Compra lijas al agua de grano extrafino. Se llaman así porque son waterproof y no se ponen babosas al humedecerlas.
Corta un trozo y sobre la plancha añade una gota de gasolina, aceite de linaza o disolvente.
La idea es tener una base oleosa entre la lija y el metal.
En círculos ve haciendo pasadas sobre las heridas como si estuvieras usando una muñequilla y con el cuenta hilos ve controlando el trabajo para no hacer un estropicio mayor.
Repasa bien los cantos ya que ahí suelen acumularse restos de tinta y nuestra huella sobre el papel no será limpia.
Si el desastre es considerable tendrás primero que utilizar un bruñidor (no viene de gruñido, aunque gruñendo vas a estar un buen rato) y trabajar con suavidad.
El bruñidor incidirá sobre la marca de manera más contundente, pero repasa con la lija para finalizar.
Es un trabajo de precisión e infinita paciencia, pero no hay matriz que se resista a este lifting. Sobre todo no te deshagas nunca de tus planchas porque ellas ya son una delicada obra de arte.
Sigue leyendo → Lección 1 de la segunda parte → Creación de la matriz del grabado al aguafuerte.
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Primera parte:
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Segunda parte, taller práctico: