Ya sabes que mantengo una larga relación con Hatha Yoga.

Vale.

Pues en mi club pijo hay una compiyogui que, además de hacer las asanas como Shiva, luce un tatoo que lo flipas.

En su antebrazo derecho, entre los símbolos alquímicos del cielo y la tierra, pone: FRAGILIDAD.

En plan, desde la muñeca hasta el codo.

Mira la foto.

¡Olé morena! Me encanta.

En el vestuario, me cuenta que se lo tatuó en su cumple porque estaba cansada de la etiqueta de “tía fuerte que puede con todo” que la habían colgado.

Una paradoja, porque está fuerte y fibrosa.

Tiene todos los músculos en su sitio.

Complexión atlética y alma serena, ¿sabes?

Seguro que puede hacer los 108 saludos al sol como si nada.

Del tirón y con el pranayama correcto.

Y claro, me comparo y salgo mal parada.

Me sigo cayendo en Tittibhasana, mis equilibrios son de desequilibrada, mis invertidas dan pena y me da rabia admitir que soy vulnerable.

Vamos a hablar de todo esto.

Es posible que cuando terminemos este artículo seamos más fuertes… o no.

Luego me cuentas.

Vulnerabilidad vs. debilidad

¿Si alguien se muestra vulnerable contigo, sientes más conexión y confianza?

Normal.

Cuando aceptamos que no somos perfectas, estamos abriendo la puerta a la empatía.

Ser vulnerable no significa ser débil.

¡Qué va!

Es justo lo contrario.

Reconocer nuestra fragilidad es un acto de valentía y coraje. Significa que nos arriesgamos, a pesar del miedo.

Y eso, mi arma, es de admirar.

Ahora te invito a hacer una inmersión cortita en el mundo frágil con 3 libros, 3 obras de arte y 1 playlist.

La fragilidad con letra escarlata

Como ejemplo de escritoras que para mí tienen un estilo único y han explorado la fragilidad de diferentes formas, te recomiendo a estas 3 diosas:

1. Ana María Matute. Su novela «Los niños tontos» es un ejemplo de cómo utiliza la fragilidad para reflexionar sobre la vida y la muerte.

2. Carmen Laforet. Andrea, la protagonista de «Nada», está atrapada en un ambiente opresivo que refleja la soledad y la fragilidad de la identidad.

3. Ana Rossetti: La más transgresora porque toca temas como la sexualidad y los deseos ocultos. En «Punto Umbrío» hay un buen ejemplo de cómo usa la fragilidad para explorar el cuerpo y la identidad.

Fragilidad en el arte

Sin olvidar a mi admirado Giacometti y su obsesión por la fragilidad de la figura humana, te sugiero a estas 3 divinas:

1. Alicia Martín Villanueva. Es una artista madrileña conocida por sus instalaciones de libros como símbolo de la cultura y la historia. En sus obras, los libros aparecen enredados, apilados, volando y creando una sensación de fragilidad y caos. Hace poco transformó algunos libros de CSIC en esculturas. ¿Te das cuenta de que el conocimiento también es frágil?

2. Cristina Lucas. Suele tocar temas políticos y sociales, incluyendo la fragilidad de la democracia y la violencia de género. ¿Qué ocurre si das al play en el cuadro de «La Libertad guiando al pueblo»?

3. Ana Mendieta. Artista cubana centrada en la conexión con la naturaleza. En su serie «Silueta» la fragilidad efímera es un recurrente.

La playlist de la fragilidad

Mi nueva asistente inteligente ha creado esta lista y algunas canciones tienen su punto, por ejemplo María Mena es doble like, pero lo mismo prefieres a Sting:

  1. Fragile – Kygo, Labrinth
  2. Fragile –  Tatsuro yamashita
  3.  Fragile – Laufey
  4. Fragilidad – Sting: On and on the rain will say. How fragile we are
  5. Fragile heart – Westlife
  6. Fragile Tension – Depeche Mode
  7. Fragile Dreams – Anathema
  8. Fragile – Tech N9ne
  9. Fragile – Delta Goodrem
  10. Fragile – Poets of the Fall¡
  11. Fragile – Cooper & Gatlin
  12. Fragile – María Mena

Un pasito palante María

Reconocer nuestra fragilidad es un acto de valentía.

Está claro.

¡Todo son ventajas!

  1. Asumir que somos vulnerables nos acerca a la compasión y empatía.
  2. Tenemos mayor conexión emocional.
  3. Relaciones más auténticas y honestas.
  4. Aceptamos nuestras limitaciones.
  5. Buscamos ayuda.
  6. Aprendemos de los errores.
  7. Manejamos mejor el estrés y la ansiedad.
  8. Dejamos de controlarlo todo.
  9. Soltamos.

Fluimos.

Flow. Flow.

Porque, asumir que somos una caquita nos ayuda a encajar los desafíos y dificultades de la vida.

Ser frágil no significa ser fácil de romper.

Síndrome de fragilidad

La mala noticia es que el síndrome de fragilidad existe.

Es un estado de salud en el que las personas mayores experimentan un bajonazo después de un estrés físico o mental.

Se manifiesta así:

  1. Disminuye la fuerza muscular, la resistencia y la velocidad,
  2. Aumenta el riesgo de accidentes y hospitalizaciones.

¿Qué puedes hacer para prevenirlo?

  1. Dieta baja en grasas saturadas, alta en fibra, calcio y vitamina D.
  2. Ejercicio aeróbico (caminatas) y anaeróbico (de fuerza)
  3. Ejercicios de equilibrio: Yoga, taichí o pilates.

También puedes ir a tu tatuador de confianza y grabarte una frase guapa como la del fundador de Taoísmo, Lao Tzu: «La fragilidad es la fuerza de los valientes».

Espera.

Te lo pongo en mayúsculas: LA FRAGILIDAD ES LA FUERZA DE LOS VALIENTES.

¿No te gustan las agujitas saltarinas?

¡Ah! Pues nos quedamos con lo que de verdad importa: tu propia FRAGILIDAD.

No seas panoli.

No seas tan fuerte.

No hace falta.


P.D: Si tienes una marca y quieres hacerla crecer, me mandas un privadito y te la brandeo o te hago un copy-storytelling de chuparse los dedos.

P.D2: Mis 4 recomendaciones:

📖 Un libro ↣ «Antifrágil. Las cosas que se benefician del desorden» de Nassim Nicholas Taleb

🍿 Una serie reality show ↣ El jurado (Jury Duty) en Prime vídeo

🍽️ Una comida ↣ Bocata de pan de cristal con; burrata, rúcula, tomates secos, mortadela italiana, ralladura de parmesano y un chorreón de AOVE.

🎙️ Un pódcast ↣ Fitness revolucionario de Marcos Vázquez