Dicen que si no te esfuerzas lo suficiente, pierdes.

¿Si los músculos no tiran, si no hay tensión, si te resulta fácil? Pierdes.

Si no sufres… pierdes.

Oye.

La raíz de la palabra “sufrimiento” viene del latín ferre que significa «soportar o llevar» (De ahí los barcos ferry)

Y el prefijo «suf» es una versión de «sub» que significa «desde abajo, arriba y lejos».

Sufrir, por tanto, no solo es soportar, sino que implica moverse.

Acarrear con algo que pesa demasiado.

¡Vamos a verlo!

El veneno está en la dosis

Se sabe que el veneno está en la dosis y la “hormesis” (del griego ὁρμάω «estimular») es un fenómeno biológico en el cual una sustancia o un estímulo que es perjudicial o tóxico en dosis altas, puede ser beneficioso en dosis bajas.

A la hormesis emocional también la llaman «efecto de estimulación adaptativa» o «efecto adaptativo de baja dosis».

Un ejemplo.

Si entrenas o estás en plena operación bikini conocerás ese sentimiento de culpabilidad cuando te rajas y no vas al gim.

¿Esa culpabilidad que sientes, es dolor o es sufrimiento?

Y tener picos de ansiedad ante la incertidumbre de que las máquinas o las inteligencias artificiales te van a dejar sin curro, ¿qué es?

Ex-pera y verás.

Ex-pectativas

En el budismo se dice que expectativa viene de ex-pecto, sacar del pecho.

A abandonar toda esperanza no nos enseñaron, ¿verdad?

Nos aferramos a ella porque la esperanza es lo último que se pierde.

Triste.

Sentarse a ESPERANZAR que algo suceda es darle el poder a los demás.

  1. Esperanzar es ese vacío que quiero que llenes.
  2. Es ese deseo profundo que tienes que adivinar.
  3. Es apreciar un té matcha latte que no me acaba de gustar.
  4. Son las palabras que no salen y el abrazo que no abarca.
  5. Es que Antonio Gala o Almudena Grandes fuesen eternos, aunque ya lo sean en sus obras.

Esperanzar es creer que no te vas a pasar 14 horas en una mesa electoral en pleno verano, encerrada en la clase de 4ºB con vecinos indeseables, sin aire acondicionado, ni piscina.

¿Llegar a la META es cumplir con tus expectativas o es darle al botón para que la rueda del sufrimiento vuelva a girar?

Piénsalo.

El desesperado tuit de Alejandro Sanz es la suma de horas de insatisfacción no identificada, agotamiento, tensión y un estrés que no se puede permitir.

«…Estoy triste y cansado. Por si alguien más cree que hay que ser siempre una brisa de mar o un fuego artificial en una noche de verano… Sé que hay gente que se siente así. Si te sirve, yo me siento igual».

Su mente depredadora (igual que la tuya o la mía) desea el control de un mundo que está en constante cambio y, además, quiere hacerlo manteniendo una identidad independiente.

Resultado: Se rompe.

Te rompes.

Me rompo.

Lo que una máquina no puede hacer por ti

El nuevo informe de Microsoft Work Trend Index, que es una encuesta global de 31,000 personas, dice que la inteligencia artificial IA afectará a millones de empleos en el futuro, pero hay dos habilidades clave que es poco probable que reemplace:

  1. La innovación
  2. La inteligencia emocional.

Una buena noticia: A diferencia de nuestro coeficiente intelectual (CI), que es bastante fijo desde el nacimiento, la inteligencia emocional se aprende a lo largo de la vida y se puede mejorar en cualquier momento.

Esta capacidad de responder con serenidad a los cambios y no reaccionar con ira, es la principal diferencia entre sentirte libre o seguir en la rueda del sufrimiento.

¿Dónde estás ahora?

La adaptación a la nueva realidad te hace fuerte.

La autoconfianza ante una sorpresa laboral o familiar, te da sabiduría.

Si el amor te duele, vete.

Si la oficina te provoca ansiedad, vete.

Si te has suscrito a demasiadas newsletters, vete.

No seas panoli.

No acarrees tanto peso.

¡No eres un ferry!