¿Te has dado cuenta de cómo cautivan los cuentos?
Ya sea una historia de hadas, de aventuras o una simple fábula, parece que los más pequeños nunca se cansan.
Es como si comprendieran instintivamente el poder de las historias y el profundo impacto que tienen en nuestras emociones.
Como autores podemos utilizar este conocimiento para ayudar a conectar con los niños a un nivel más profundo.
Cuéntame un cuento y verás que contento, me voy a la cama y tengo lindo sueños…
Te lo cuento.
El impacto de los cuentos en el desarrollo emocional
Las historias tienen el poder de moldear nuestro desarrollo emocional de varias maneras.
En primer lugar, los cuentos nos permiten experimentar distintas emociones sin estar realmente en esas situaciones.
Esto es especialmente importante para los niños y niñas que aún no han experimentado mucho en la vida y cuya caja de herramientas emocionales es todavía limitada.
Cuando leen o escuchan cuentos, pueden comprender conceptos difíciles como la empatía y la compasión, conceptos que les serán muy valiosos a lo largo de su vida y que son peliagudos.
Los cuentos son herramientas increíblemente poderosas para enseñarles el mundo que les rodea.
Desde la comprensión de las relaciones entre los personajes (a veces muy complejas) hasta el aprendizaje de los dilemas morales, los cuentos ofrecen una vía fácil para abordar grandes movidas sin sentir pánico.
Los cuentos ayudan a fomentar el amor por la lectura en las mentes jóvenes.
Cuando los niños y niñas se involucran en una historia, ya sea porque se identifican con uno de los personajes o porque simplemente quieren ver cómo va a terminar la historia, empiezan a encontrar activamente formas similares de entretenimiento para su vida.
Esto hace que la lectura de libros les resulte más agradable y contribuye a inculcarles el amor por la literatura para toda la vida.
El poder de los cuentos infantiles
No se puede negar el poder de los cuentos cuando se trata de conectar con las emociones del mundo pequeño.
Comprendiendo cómo afectan las historias a nuestro desarrollo emocional y proporcionando contenidos atractivos que permitan a los niños aprender y divertirse al mismo tiempo, podemos crear experiencias que permanecerán con ellos mucho después de que se haya cerrado el libro.
Así que, ¡deja volar tu imaginación! ¿Quién sabe?
Quizá se te ocurra una historia bonita que pase de generación en generación como está ocurriendo con mis dos álbumes ilustrados “Cipariso”, “Diez lágrimas y un abrazo” y con la novela «Magela en la isla de plástico»