El diente de león no es mala hierba
He recuperado la sana costumbre de caminar al amanecer por campos sembrados de dientes de león. No puedo resistirme a soplar sus canas (por eso los llamamos abuelos) y pedir un puñaíto de deseos. ¿Sabes cuántas semillas caben en cada bola peluda? Dos mil. 2.000 ¡¡¡DOOOS MIL!!! Si lo piensas, es una barbaridad de semillas liberadas…
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