La primera entrada para ARCO la pagué de mi bolsillo (creo que estaba ya a 30 eurazos), la segunda me la regalaron y la tercera me la enviaron por correo. Era un deseado pase VIP que me permitía saltarme la cola y me abría las puertas al Olimpo reservado para artistas consagrados, galeristas y coleccionistas de olfato fino… No…