La seducción no es búsqueda, es hallazgo.
Hay un verso de los hermanos Argenzola que me da la vida: “Quien lo que ve en su dama no adorare…”
Perfecto para abrir este tema a lo grande, en una plaza, frente a Thalía, musa de lo bucólico, donde arranca el episodio 8 de Sultanas que respiran y te cuento cómo nos metemos a saco con la seducción.
No como truco, sino como energía.
Como forma de estar.
En el episodio te leo en primicia la introducción de mi Manual de seducción para mujeres —sale en septiembre—, y pongo sobre la mesa algo que ya intuíamos: seducir no es manipular, ni sólo “ligar”. Es presencia, autenticidad y misterio.
Y sí, aquí vamos a encender el deseo con ciencia, respiración y humor.
¡Quédate conmigo!

Seducción hecha por mujeres: qué es (y qué no)
La seducción mujeres no va de diez pasos para que “tu churri caiga rendido”. No necesitas que nadie “caiga”. Necesitas alinear tu fuerza con tu historia y dejar de pedir permiso para brillar. Seducir es poder: inspira, lidera y deja huella. Autenticidad, presencia y misterio son el núcleo; no se enseñan, se despiertan.
“Empezarás a gustarte tú y eso, créeme, es irresistible.” (del Manual de seducción para mujeres).
Durante siglos, otros diseccionaron nuestros gestos como si fuéramos moléculas bajo el microscopio. Nosotras venimos a traducir el cuerpo, la palabra y la emoción; a reconciliarnos con nuestra sensualidad como parte del bienestar, no como amenaza.
Si un día confundiste seducción con pecado o sumisión, este camino es para ti. No eres “poca cosa”: esa mentira fue útil… para otros.
Y sí, el libro (y esta serie del podcast) nace porque faltaban ensayos de seducción escritos por mujeres. La seducción atraviesa todo: citas, reuniones, atención al público, negociaciones.
Seducimos desde la cuna: una sonrisa del bebé aumenta sus probabilidades de sobrevivir. ¿De verdad vas a limitarla a “conseguir match”? No, reina.
Si te apetece empezar por la base respiratoria, aquí tienes dos entradas que abren camino:
— Respirar con sentido (por qué la respiración es tu mando a distancia).
— Saber abrir: seducción, respiración y neurociencia
De Ovidio a Casanova (y a los “alfas” de hoy)
Me escuchaste leerlo en el episodio: Ovidio escribió una guerrilla romántica. Casanova comprendió que no coleccionaba cuerpos sino relatos. El deseo no se exige; se deja respirar como un buen vino. Y ahora, en plena era de IA, proliferan los influencers de la seducción, alquilando Lamborghinis y vendiendo humo emocional en embudos de venta. Postureo, frases enlatadas y escasez emocional. Meh.
Mientras tanto, las apps convirtieron el cortejo en catálogo: deslizas, diagnosticas, desapareces. Más deseos frustrados, menos tolerancia. Antes ardíamos con una carta sellada con carmín; hoy un “te quiero” se ahoga entre notificaciones.
¿Resultado? Nosotras nos aburrimos; ellos se frustran. Y no: no buscamos un sugar-daddy ególatra ni un crossfitero que mide su valía en repeticiones. Queremos conexión, iniciativa, miradas que estimulen, conversaciones que no terminan en ghosting.
La seducción mujeres no cae en el cinismo. Es curiosidad por el otro, gestión del propio sistema nervioso y límites. Y no necesita “hacerte la difícil”: necesita hacerte la auténtica. (Aquí el truco sucio es cero truco: coherencia).
Si te resuena, escucha el episodio del deseo y luego este nuevo arranque de serie. Te los he enlazado arriba por algo…
Mujeres que no buscaron la seducción: la encarnaron
La historia está llena de mujeres que encarnaron la seducción sin pedir permiso.
- Ninon de Lenclos afilaba ideas “como cuchillas envueltas en terciopelo”.
- Christine de Pizan demostró que el poder no anula la feminidad.
- Niki de Saint Phalle convirtió el fervor en escultura y provocación.
- Y Rocío Jurado incendiaba un escenario sin agitar la bata de cola.
Nosotras modulamos la seducción, la multiplicamos y jamás la mendigamos.
No somos tutorial. Somos lenguaje vivo. Por eso este proyecto se expande más allá del libro: en METAdamas llevamos años respirando juntas, traduciendo intuiciones en prácticas, y juntando cultura, ciencia y calle. Si quieres sumarte a esa conversación, suscríbete para que te avise de charlas, talleres y nuevas publicaciones.
“Deja de pedir permiso o perdón por ser luminosa: la seducción es poder y siempre lo ha sido.” (del Manual).
Encender el deseo: botiquín, respiración y comunidad
En el episodio te anuncié lo que viene: botiquín del deseo, neurociencia accesible y respiraciones que encienden tu sistema. No vamos a vender humo. Vamos a regular el sistema nervioso y afinar la presencia para que tu magnetismo haga su trabajo. Porque sí: hay moléculas que se activan, hay neurociencia detrás y hay una forma concreta de estar que cambia la sala.
El plan para esta serie veraniega es sencillo y cañero:
- Prácticas de respiración (Sitali para refrescar, coherencia cardíaca para enfoque, etc.) aplicadas a citas, reuniones y vida real.
- Micro-hábitos del botiquín del deseo: sueño, cuerpo, voz, mirada, límites (sí, los límites seducen).
- Lenguaje: cómo la palabra y el silencio construyen misterio.
- Presencia: postura, ritmo, pausas.
- Contexto: no todo es Tinder; tu ecosistema social es parte del juego.
Y, sobre todo, comunidad. En Mujeres que Respiran hay algo que no se puede explicar con un listado: la energía de sostener la mirada de otra, el abrazo final, el brindis, el “tengo tu teléfono y te puedo llamar”.
De eso trata METAdamas: conexión.
Si eres nueva por aquí, te propongo este mini recorrido interno:
- Lee Respirar con sentido para entender por qué la respiración es el acelerador (o el freno) de tu presencia.
- Pasa por saber cerrar o seguir sangrando para desmontar mitos y bajar al cuerpo.
- Vuelve a este post y elige una práctica. Empieza hoy, con lo que tengas.
Un apunte personal (porque aquí siempre hay piel)
En el episodio también te cuento por qué me puse a fondo con este tema: durante años me escondí tras gafas, silencios y pudor, hasta interpretar el papel de “seductora emprendedora” que se esperaba: tacón, manicura, pelu de semana.
Cuando me encandilé con las artes y la comunicación, me tocó observarme y preguntarme: ¿de qué estaba huyendo? Hoy sé que la sensualidad nos habita y no es una amenaza; es lenguaje y bienestar. Lo escribo para ti y para todas las que alguna vez se escondieron.
Y te diré otra: el proyecto crece orgánico. No hay grandes presupuestos detrás. Hay ideas, trabajo y ganas. Y hay algo que me emociona: la red. Mujeres increíbles (y algún hombre excepcional) alrededor, en un verano bonito y, aun así, de batalla. Si estás leyendo esto, eres parte. Gracias.
Cómo seguir el hilo (y no perder la chispa)
- Escucha el episodio 8 de Sultanas que respiran donde nace esta serie sobre seducción mujeres.
- Comparte el podcast con una amiga que necesite recordar su poder.
- Escríbeme si quieres traer Mujeres que Respiran a tu ciudad.
- Suscríbete en metadamas.com y te aviso de charlas, talleres y preventa del libro.
Citas que dejan huella (para llevar en el bolsillo)
“Deja de pedir permiso por ser luminosa.”
“El deseo no se exige, se despierta.”
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Si te dicen que la seducción es un truco, sonríe y respira. No eres tutorial: eres lenguaje. Y el lenguaje más potente empieza en el cuerpo. Nos vemos en el siguiente.
Marta Sanmamed, humor de metralla y ternura a prueba de golpes.