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Respira, ábrete y deja que el mundo entre sin romperte.

Abrirse no es postureo espiritual ni ametrallar con selfies felices. Abrirse es un acto de conciencia y selección: a quién, cómo y cuándo.

En este episodio de Sultanas que Respiran de METAdamas, te cuento qué significa abrir de verdad, sin regalarte y sin encerrarte en ti misma.

Abrirse no es exponerse, es abrir los pulmones, la mente y el corazón.

saber abrir

La camarera del drama y el cierre necesario

Tu cuerpo aprende patrones, aunque no sean buenos.

Si llevas años alimentándolo de cortisol, ansiedad y drama, tus células se enganchan. La neurociencia lo explica: los circuitos emocionales se refuerzan con cada repetición.

Por eso no basta con decir “quiero cambiar”. Hay que entrenar otra química, otro menú para la camarera interna que siempre te sirve lo mismo.

Y antes de abrir puertas nuevas, hay que cerrar las antiguas. Abrir sin cerrar es como pintar sobre una pared húmeda: la pintura se levanta.

Cierra en cuatro movimientos sencillos pero potentes:

  • Agradece todo lo vivido
  • Discúlpate (sí, también contigo)
  • Di lo que sientes en voz alta
  • Despídete con un acto simbólico que tu cuerpo recuerde. Respirar forma parte de ese ritual de cierre.

Integrar lo que duele y los tres tipos de persona

Rumi comparaba las emociones con huéspedes que hay que recibir con dignidad, aunque traigan caos.

Jung lo dejó aún más claro: “Lo que resistes, persiste. Lo que abrazas, se transforma.”

No tapes el dolor ni lo barras bajo la alfombra. Dale la bienvenida, escúchalo, y deja que pase. Así es como deja de gobernarte.

Aquí viene la parte incómoda: hay tres tipos de personas.

Las que se trabajan y se elevan, las que no se trabajan y terminan enfermando, y las que no se trabajan, no enferman, pero enferman a los demás porque arrojan su basura emocional al primero que pasa.

Son pocas las que tienen la ética de no enviar su caos al resto. ¿Tú dónde te colocas?

La respiración de coherencia cardíaca que enseñamos en este episodio

En este capítulo hemos practicado la respiración de coherencia cardíaca, una técnica sencilla que parece magia, pero es ciencia pura.

Se trata de inhalar suavemente durante cinco segundos, exhalar otros cinco y sentir que el aire entra y sale por el corazón. Este ritmo calma el sistema nervioso, ordena el pulso y baja el cortisol.

Practícala unos minutos y verás cómo tu mente se aclara y el cuerpo se afloja. Es el truco secreto para abrirte desde un lugar seguro y magnético.

Abrirse no es exponerse: es elegir

Abrirse no es contar tus traumas a cualquiera ni darlo todo sin filtro. Abrirse es mostrar lo que quieres, a quien quieres y cuando quieres. Es un acto consciente, no ingenuo.

La vulnerabilidad no es exhibicionismo, es coraje. Abrirte no es ponerte en peligro, es elegir quién merece entrar en tu espacio.

La respiración es tu aliada. La coherencia cardíaca, por ejemplo, sincroniza la respiración y ritmo cardíaco, creando armonía entre cuerpo y mente.

Estudios demuestran que baja cortisol, mejora la claridad mental y activa el nervio vago. Además, tiene algo magnético: quien respira bien, vibra mejor y seduce sin forzar.

Miedo a abrirse, ciencia y seducción interior

El miedo a abrirse rara vez es innato; casi siempre es aprendido.

El experimento del Pequeño Albert mostró cómo se puede condicionar un miedo y cómo este se generaliza a todo lo parecido. Cada vez que te abriste y te dañaron, tu cerebro registró esa asociación. Por eso, ahora duda. Pero igual que el miedo se aprende, también se desaprende.

Reprimir lo que sientes solo te daña a ti y a tus relaciones. Brené Brown lo dice sin rodeos: la vulnerabilidad es el origen del amor, la conexión y el coraje. Evitarla te deja sola y rígida. Abrazarla te abre.

Abrirse no siempre es para los demás. Abrirse es volver a ti. Abrirte a tu descanso, a un placer sin testigos, a una idea loca que solo tú entiendes.

“La flor no se abre porque tú llegues. Se abre porque es su hora.”

Si quieres sentirlo de verdad, escucha el episodio completo en Spotify y prueba la meditación de coherencia cardíaca que publiqué aparte. Respira, ábrete y vive con todo.

Te recomiendo que escuches los otros Sultanas

Sultanas que respiran #1 – Respirar con sentido

Sultanas que respiran #2 – Estar en el cuerpo

Sultanas que respiran #3 – Calma no es silencio

Sultanas que respiran #4 – Respirar que enfría y resetea

Sultanas que respiran #5 – Saber cerrar

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Seguimos respirando juntas, aunque no nos veamos.
—Marta Sanmamed, la que enseña a tus pulmones a seducir

Artista, escritora y comunicadora. Madrid, Spain