«Vivimos rodeados de señales que no sabemos interpretar» Así o con algún aforismo semejante, empezaban las conversaciones con Pope y yo, con un pincel entre los dientes, asentía. A él le seguía inquietando haber sido elegido como modelo para las pechinas de la iglesia y yo seguía agradeciendo que cada tarde viniera al estudio a sentarse horas…